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Literatura en el blog

9/28/2005

¿Cantamos a la diosa?

por Mario Jaime

Poetas, ¿cantamos a la diosa, vivimos para la poesía?
 
Recordemos a Graves y su DIOSA BLANCA, el final de la introducción:
 
"La función de la poesía es la religiosa invocación de la MUSA
su uso es la experiencia de una mezcla de exaltación y horror que su presencia excita.
 
"La de 'hoy en día' es una civilización en la cual los emblemas primeros de la poesía son deshonrados. En la cual, la serpiente, el león y el águila pertenecen a la carpa de circo; el buey, el salmón y el jabalí a la enlatadora de alimentos, las carreras de caballos y los galgos al círculo de apuestas y la sagrada madera al aserradero. En la cual la luna es desdeñada como un satélite apagado de la Tierra y la mujer reconocida como un 'personal auxiliar del Estado'. En la cual el dinero comprará casi cualquier cosa, excepto la verdad, y a casi cualquiera excepto al Poeta poseído por la verdad.
 
"Así, todo lo que escribo puede debe leerse como perverso e irrelevante a esos de vosotros que estaís atados a la máquina industrial, sea directamente como trabajadores, gerentes, contratistas o vendedores, o indirectamente como funcionarios públicos, publicistas, periodistas, profesores de escuela o empleados de una empresa de medios.

"Si sois poetas os daréis cuenta que la aceptación de mi tesis histórica os obliga hacer una confesión de deslealtad  que estaréis renuentes a hacer; escogéis vuestro empleos porque prometen proveeros de un ingreso estable y conviene rendir a la Diosa que adoraís (si es que la adorais) un preciosos servicio de medio tiempo. ¿Quién soy yo para advertiros que ella demanda un servicio de tiempo completo o ninguno?
 
"La manera como os relacionais con la Diosa no es de mi incumbencia. No sé siquiera si tomaís en serio vuestra profesión poética."
 
(Robert Graves. The White Godess: A Historical Grammar of Poetic Myth, 1975.
Traducción de Sandino Gamez) 

Así las cosas, yo me lo pregunto: ¿ustedes?
 

Utilidad de la poesía

POESIA PARA LLEVAR

Utilidad de la poesía
por Ricardo Yáñez

La Jornada. Cultura
Miércoles 28 de septiembre de 2005


HAY CIERTO ROMANTICISMO en considerar que todo el que escribe versos es poeta. Cierta ternurosa ingenuidad. Y sin embargo todo el que se acerca al verso hace un esfuerzo por mostrar o por lo menos mostrarse su corazón. ''¿Quién dice que todo está perdido?/ Yo vengo a ofrecer mi corazón", pregunta con sorpresa y tal vez ironía y afirma y apuesta, más que responde -que la afirmación precede a la pregunta-, un compositor argentino con no poca razón, con no poco ni mucho -también, es cierto- sentido de aventura: nada más natural, nada más indispensable y nada más sencillo.

YO CONSIDERO, SI, que al menos mientras escribe versos es poeta quien los escribe, es, en última o primera instancia (eso no importa), espíritu de poeta. Soñador en potencia (expresión curiosa, lo aceptaré), pero sin duda que asimismo en realización: realiza, así sea parcial y pobremente, su sueño de soñar, de soñarse, de saberse o sentirse (y la burla, aunque friegue, aquí queda burlada -por un rato, siquiera) soñado.

SER SOÑADO ES ser otro posible; abismarse en el sueño no, no en la poesía, huida, sino probable encuentro -con lo que soy, con lo que somos, con lo que es. Y el que escribe versos quisiera o quiere o busca eso. Su impulso conlleva esa dirección.

CUANTO SE CONSIGA o no no debiera, por cierto, quitarnos el sueño.

''SUEÑO QUE DECIDO, y que soy decidido", pareciera asentar el que escribe mientras escribe (versos, que de eso hablamos, o más en general poesía, pero lo general es pensar en versos al hablar de poesía).

NO SE SI he dado un salto fuerte entre el penúltimo y el último párrafos. Espero, en la ignorancia, que no. ''Sueño que decido y soy decidido" es otra manera de decir lo de arriba. Y otra: ''sueño: decido: soy decidido". Esta no sé por qué me gusta más. Quizá porque tener destino y libertad es lo único que importa. Quizá porque tener destino y libertad es tener misión. Quizá porque tener una misión es (obliga, diré que dulcemente, a) asumir una vocación.

LA VOCACION DE ser es (y se parte del ensueño de ser) vocación de poeta. ''Necesito soñar que soy, para saber que soy" (los acentos en ciertas ees, ¿no es verdad?, aparecen y desaparecen solos). ¿Y quién que es no tiene vocación de ser? Así el Quijote fue no Alonso Quijano ni caballero andante, sino el Quijote. Así, a pesar de las diferencias, Teresa de Avila vino no tanto a ser Santa Teresa de Jesús sino, nada más, santa.

¿QUIEN DIJO QUE todo está perdido? Ellos, personajes o personas, vinieron y aún vienen a ofrecer su corazón. ¿Y los poetas, los aprendices de poetas, los poetas a ratos, los escribidores de versos por enamorados, por adoloridos, por rechazados, por casualidad, por ocio? Déjemoslos que sueñen, que mientras sueñan a nadie le hacen mal y, al suspender el mundo de lo práctico, practican, por malhechos que sean, que puedan ser, la afición ontológica, óntica, que al suspender el mundo, digamos, lo sostienen.

NO SE PARA qué sirve la poesía, modifico aquí un poco la famosa declaración de Jean Cocteau, sí que es utilísima.

riyz@lycos.com

9/27/2005

La literatura, según Walsh

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"Pienso que la literatura es, entre otras cosas, un avance laborioso a través de la propia estupidez".

Rodolfo Walsh, escritor y periodista argentino, asesinado por la dictadura militar el 25 de marzo de 1977.

9/26/2005

Los ejercicios de John Cheever

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Fragmentos del prólogo de Rodrigo Fresán a La geometría del amor de John Cheever (Buenos Aires, Emecé, 1998):

A modo de curiosidad reveladora, basta inspeccionar el programa propuesto por John Cheever para sus alumnos en su breve y accidentado paso por Iowa University.

Lo primero que Cheever pedía era la escritura de un diario que abarcase por lo menos una semana y en el que aparecieran registradas todas las experiencias. Sentimientos, sueños, orgasmos, ajustadas descripciones de la ropa holgada que estaba de moda y de los colores de las botellas vacías o a vaciar.

El segundo paso consistía en la escritura de un cuento en el que siete personas o paisajes que aparentemente no tuvieran nada que ver aparecieran inevitable y profundamente relacionados entre sí.

El tercer paso -y ésta era su asignatura favorita- era el de redactar una carta de amor como si se la estuviera escribiendo desde un edificio en llamas. "Un ejercicio que nunca falla", aseguraba.

Un cuento o un relato es aquello que te cuentas a ti mismo en la sala de un dentista mientras esperas que te saquen una muela. El cuento corto tiene en la vida, me parece a mí, una gran función. Es, también, en un sentido muy especial, un eficaz bálsamo para el dolor: en una silla que te lleva a la pista de esquí y que se quedó atascada a mitad de camino, en un bote que se hunde, frente a un doctor que mira fijo tus radiografías... Nos la pasábamos esperando una contraorden para nuestra muerte y cuando no tienes tiempo suficiente para una novela, bueno, ahí está el cuento corto. Estoy muy seguro que, en el momento exacto de la muerte, uno se cuenta a sí mismo un cuento y no una novela", dijo y -en "Why I Write Short Stories", ensayo especialmente escrito para la revista Newsweek con motivo de la publicación y éxito de Cuentos y relatos- precisa: "¿Quién lee cuentos?, uno se pregunta, y me gusta pensar que los leen hombres y mujeres en salas de espera; que los leen en viajes aéreos transcontinentales en lugar de ver películas banales y vulgares para matar el tiempo; que los leen hombres y mujeres sagaces y bien informados quienes parecen sentir que la ficción narrativa bien puede contribuir a nuestra comprensión de unos y otros y, algunas veces, del confuso mundo que nos rodea".

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Este blog tiene como objetivo servir como cuaderno de notas virtual. Aquí encontrarán citas, fragmentos, artículos ensayos sobre literatura real y virtual.

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